El Gobierno bonaerense dio un paso central para continuar con el Plan Maestro del Río Salado al otorgar el aval ambiental correspondiente al tramo V de la etapa 2. La resolución 569 de la Subsecretaría de Control y Fiscalización Ambiental declaró la obra “apta” para comenzar, dejando todo listo desde el punto de vista provincial. Sin embargo, el inicio efectivo continúa condicionado por un factor externo: la autorización nacional, requerida para que se destrabe un crédito internacional de 100 millones de dólares ya aprobado.
Es que el organismo financiador mantiene observaciones debido a la parálisis del tramo IV, frenado por el Gobierno nacional desde el 27 de febrero mediante una notificación enviada a las empresas adjudicatarias —Centro Construcciones, Pentamar UTE, Chediack, Ecodyma, Dragados y Obras Portuarias y Sabavisa—. Esa intervención detuvo el desarrollo de la etapa 4.2 e impide que se active el financiamiento para las obras siguientes.
El ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez, reiteró recientemente esta situación durante una visita a 25 de Mayo: “Tenemos el financiamiento acordado de la etapa V, pero el banco internacional nos está objetando el tema de la etapa 4.2”. La observación, todavía sin resolución, mantiene en suspenso la continuidad del proyecto.
El Plan Maestro del Río Salado contempla la adecuación de 531 kilómetros del cauce, un corredor hídrico que atraviesa 59 municipios y afecta más de 8 millones de hectáreas productivas. Hasta ahora, la Provincia logró completar 402 kilómetros, mientras que 95 kilómetros del tramo 5 están en proceso de licitación y otros 33 kilómetros del tramo IV permanecen paralizados.
En un escenario donde los productores siguen denunciando inundaciones recurrentes y demoras en el cronograma de obras, la aprobación ambiental provincial alimenta expectativas, pero no cambia la realidad inmediata: el futuro del proyecto depende exclusivamente de una decisión del Gobierno nacional.